Condiciones de los menores de padres separados en el estado de emergencia sanitaria Covid-19
Dada la situación de pandemia en el país se ha presentado un sinnúmero de interrogantes entre otros y el más mencionado es ¿si en la cuarentena se puede visitar al menor hijo? En aras de cumplir con todas las disposiciones emitidas por el Gobierno Nacional con el fin de evitar el contagio masivo, sobre todo en los menores de edad que están a la espera de la inmunización, teniendo en cuenta que se esta realizando de manera paulatina participando desde el 30 de julo 2021 a jóvenes de veinticinco años de edad en adelante. Sin olvidar que esta autorizado vacunar a menores de 14 años de edad en adelante que presenten comorbilidades.
A lo que se puede responder si es por esta causa que se deben suspender el derecho adquirido a visitar los hijos a padres que están cumpliendo a cabalidad con el compromiso de acompañar en el trasegar de la vida, su crecimiento y aporte afectivo con el fin de ver formado en el futuro un ser humano colmado de valores y principios inherentes desde sí para su mejor desarrollo en sociedad. Se debe analizar si es positivo tanto el cumplimiento de la Ley versus el aplicar el sentido común que no es otra cosa más que el común de los sentidos, simplemente buscando el beneficio de la población en general, aun mucho más a quienes son vulnerables y que deben aportar significativamente en conseguir un mejor futuro para la Nación.
Desde el mes de marzo anualidad 2020, se ordeno por parte del Gobierno de turno el confinamiento absoluto domiciliario sin permitir aun las visitas a los hijos de familias separadas, habida cuenta que sus padres por algún motivo ostentan el estado civil de divorciados o cualquier otro que sea el caso, ya que teniendo en cuenta el estudio presentado por la Sociedad se Psiquiatría Infantil donde entregan unas recomendaciones para niños y sus familiares sobre la pandemia de coronavirus covid-19. Manifestando que “Ante la situación actual generada por la pandemia por coronavirus COVID-19, y las medidas establecidas por los organismos oficiales, es habitual que tanto los niños como los adultos que les rodean manifiesten incertidumbre, miedo e indecisión ante una situación en continuo cambio. Tras una reacción inicial de posible entusiasmo por la suspensión de las clases, empezarán a aparecer el aburrimiento, la impaciencia, la soledad, la dificultad de los padres para compatibilizar el cuidado de los niños con el trabajo, o para establecer límites”.
Es en verdad preocupante la condición por la cual están pasando los menores desde ese momento y peor aún el desenlace que se espera de acuerdo a la problemática a la que están expuestos tanto de interpretación como de aplicación. Se puede observar después de un año y casi medio que se dio vía libre a circular con las medidas de bioseguridad conocidas por todos las cuales se encuentran en todo momento violadas por la mayoría de personas en general los jóvenes, que sin el más mínimo reparo se pasean por doquier incumpliendo las medidas contaminando a quien encuentren en el camino, estos que debido a su inconciencia siendo también padres de familia al momento de tener un encuentro con sus menores hijos desafortunadamente les contagian sin el mayor reparo de irresponsabilidad, olvidando que deben dar un ejemplo a quienes dependen de sus imprudentes decisiones. Por lo que siempre por encima del derecho adquirido o consensuado de visitas e inclusive su alternancia, debe primar la protección de los menores donde es tarea de todos actuar con solidaridad.
Se debe acatar que las medidas restrictivas tomadas desde todos los sentidos para frenar la ola de muerte y desolación por el Covid-19 no son un gusto más de los gobernantes, pero si se continua con el libertinaje su eficacia no será la esperada y en su momento se tendrá un resultado catastrófico, ahora bien, entonces cual será la recomendación para dar solución a las partes involucradas en el conflicto, donde el progenitor desea ver muy pronto a su hijo y este, a su vez; en los casos de su corta edad puede enfrentar situaciones que afecten sugestivamente su vida afectiva. Así las cosas; hay sugerencias que por parte de la Asociación Española de Pediatría (AEP) indican como “tener paciencia, los adultos somos un ejemplo para los niños, mostrarles apoyo y cariño incondicional. No solo permitirles, sino incluso animarles a mostrar sus sentimientos y miedos. Validarlos, es decir, no impedirles expresarlos y ser comprensivos. A los más pequeños se les puede poner nombres divertidos que ellos mismos elijan, o ayudar con cuentos, dibujos, juegos, videos o canciones. Obtener información de fuentes fiables, filtrarla y ofrecérsela de una forma adaptada a su edad, separándoles si es necesario las conversaciones por edades. Limitar la exposición a las noticias.
En cada caso se debe valorar si es oportuno o no que vean el telediario, como norma general para menores de 6 años no suele ser apropiado, y es mejor verlo como máximo una vez al día. Ir actualizándola en algún momento concreto del día y evitar alimentar bulos o rumores. Tratar de evitar los gestos de discriminación o rechazo hacia otras personas afectadas, en cuarentena, o que por motivos justificados deban prescindir del confinamiento (citas médicas, compras necesarias, etc). El temor a ser contagiados puede hacer que realicemos comentarios o gestos despectivos hacia estas personas. Los niños son un reflejo de las reacciones de los padres, por lo que debemos mostrarnos cuidadosos al relacionarnos e interactuar, e instruirles a los niños en este aspecto. Las rutinas y el orden son necesarias para los niños y nos dan seguridad. Esta situación asociará desorden en los horarios de comidas y sueño, mayor sedentarismo, y más irritabilidad y riñas entre hermanos.
En situaciones difíciles es habitual permitir a los niños saltarse los límites o intentar compensar el malestar con concesiones o bienes materiales. Por ejemplo, será muy frecuente durante el aislamiento excederse en el tiempo de pantallas, en especial en adolescentes. A medio y largo plazo, consentir y sobreproteger conlleva consecuencias negativas. Debemos intentar seguir estableciendo límites, con cariño y coherencia. Buscar formas alternativas de comunicación y unión con los seres queridos, como llamadas, en especial mediante videoconferencia, cartas, e-mails, dibujos o manualidades dedicadas a ellos. Evitar el catastrofismo, y la tentación de buscar asociaciones apocalípticas. Tratar de usar el sentido del humor. Ser creativos. Ofrecer mensajes de confianza y esperanza, explicándoles que no solo nos protegemos a nosotros mismos sino también a los demás y recordarles que es temporal, “de todo se sale”.
Por lo anterior, será que la explicación es quedarse en casa con el progenitor que se encuentre en su momento y, en el instante que se cumpla por parte del otro padre una cuarentena estricta pueda acceder a regular sus visitas con independencia. Lo que, si esta claro es que se debe pensar en tomar la mejor decisión para el bienestar del menor, en Colombia durante la pandemia según información de la Superintendencia de Notariado y Registro se presentaron “cerca de 6 mil divorcios en el primer trimestre de 2021. Según las estadísticas de la guarda de la fe pública, los departamentos donde más divorcios se registraron fueron Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca.
En conclusión, tanto para la administración como para los profesionales en derecho la emergencia sanitaria ha traído muchos desafíos en lo que concierne a los procedimientos de carácter digital para realizar estos tipos de procesos, sea de común acuerdo por notaria como contenciosos; pero como siempre, seré un acérrimo defensor de la familia, esperando, aspirando y deseando que las parejas realicen un análisis retrospectivo y piensen antes de tomar una decisión de este talante, sin ser esta una camisa de fuerza para continuar en una relación con la pareja simplemente por sus generaciones, es decir; en todo lo que se refiere para muchos una bendición y otros simplemente una responsabilidad económica, en sus hijos…
Gustavo Adolfo Bello Estrada.