Dando una vuelta por el centro de Montería, veo con extrañeza que muchas busetas de la empresa Monteriana Móvil han sido parqueadas en los bajos del Palacio de Naín, con un lema pegado en sus ventanas: "Se acabó el combustible, entregamos las llaves", así entonces, de esa manera, me doy por enterado de que actualmente en la ciudad se lleva a cabo un paro de transportadores liderado por dicha empresa.

Los voceros de la empresa han manifestado a los diferentes medios de comunicación que es "insostenible económicamente seguir prestando el servicio de transporte público" y le tiran la pelota a la Alcaldía Municipal porque presuntamente no han firmado las resoluciones que le otorgan fuentes de financiación al Fondo de Movilidad.

La pandemia ha obligado a que los ciudadanos nos transportemos con menor frecuencia, las distancias se han acortado por el uso de las tecnologías, las empresas enviaron a sus empleados a trabajar desde la casa, la crisis económica agudizó. 2020 fue año para olvidar en el sector del transporte público (en la gran mayoría), los buses parados de desde marzo, cientos de familias, que dependen del sector, debieron quedar sin sustento por la suspensión del servicio; un panorama terrible.

Es sabido que las empresas transportadoras de Montería a lo largo de su existencia han hecho hasta lo imposible para subsistir; han creado empleo formal, no son solo conductores, también hay funcionarios de la parte administrativa y asistencial. Son protagonistas principales de la organización de la circulación del tráfico de vehículos en la ciudad, le han facilitado la vida a los monterianos para acercarlos a sus destinos, seguramente pagan todos sus impuestos y demás exigencias legales de funcionamiento, en fin, son más los pros que los contras.

A pesar de tener una fuerte competencia, con el mototaxismo y demás servicios de transporte informal, han colocado todo el esfuerzo para mantenerse a flote y brindar a los monterianos un buen servicio a bajos precios y que, además, ofrece seguridad en su integridad física a sus usuarios. No voy a pronunciarme sobre el mototaxismo porque esa es otra discusión que tiene otras prerrogativas y vicisitudes propias de la problemática social y económica que lamentablemente ha azotado a nuestra región.

Así las cosas, queremos un servicio de transporte público sólido y sostenible financiera y socialmente para la satisfacción general, pero esto no se logra con la complacencia de una sola parte; se trata de una convergencia tripartita conformada entre El Sector Transportador, El Gobierno y Los Ciudadanos que aporten desde sus competencias para seguir en la senda del desarrollo y poder llamarnos una Ciudad Amable.

Sería una lástima volver a ver a nuestra ciudad inundada de Peseros...